martes, 16 de marzo de 2010

la reina

Casi no puedo creer
que haya tanta gente hermosa
que dedica su belleza
a la sucia y triste diosa.
¡Oh, diosa Pornografía,
qué inquietante porquería!

En un submundo virtual
copulemos, que es normal.
Una cosa trae la otra
y la otra trae otra más...
¡Oh, diosa Pornografía,
cosa de nunca acabar...!

De todo como en botica,
se elige y se goza ya.
Se hace adicción enseguida
y en secreto, claro está.
¿De qué sirve el corazón
a solas en el salón?

Oh, diosa Pornografía,
dicen que pronto cansás,
pero a gritos silenciosos
todos te pedimos más.
Vos sos buena y campechana,
la Pachamama sexual...

¡Odiosa Pornografía!
Ya no hay amor.
Vos reinás.

3 comentarios:

  1. Hagamos amor, así la porno abdica, maestro.

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  2. Excelentes reflexiones.Es que la pornografía se consigue en cualquier kiosko,maestro Alanti, pero el amor es mucho más esquivo, se lo digo yo, que usted ni se imagina en la cantidad de kioskos averigüé.

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  3. ¿Só loco vó?
    ¿Cómo escribís eso, y encima, tan bien?
    ¡Mirá si te leen!
    No te metás con los dioses, no te metás.

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