martes, 16 de diciembre de 2014

Así no es.
 
¿qué pasa que hay tanto artista
presumiendo en la revista ?
¿o me caí y me he golpeado
y no sé dónde he llegado ?
ay,,, ¿qué le pasa a esta gente
que arribó tan de repente?
¿tantas cosas ya ha leído
o todo está bien fingido?
Parecen monos de feria
coqueteando con su histeria.
Unos pintan, otros cantan.
Hay quien escribe bonito
y la posa de exquisito.
¡Qué fácil les sale todo!
¿Es cosa del periodismo
o una cuestión de arribismo?
¿será que me vuelvo loco
y que he aprendido muy poco?
Yo no sé lo que ha pasado
pero guardo mis petates
y me voy para otro lado.

sábado, 18 de octubre de 2014

noche de lluvia

una niña pendeja
llegó a mi ventana
que tiene reja
y me dijo: - tu hermana
bajo la troja
eleva quejas.
- ¿Pues... qué tipo de quejas
niña pendeja?
- pregunté en la ventana
junto a la reja-.
- Lo que dice tu hermana
bajo la troja
es que si llueve mucho
ella se moja
- dijo la niña casi gitana
entre las hojas.
- Pues llévale una capa,
niña pendeja,
que si se resfría
es peor la queja.
- dije a las hojas
de la pendeja.
- Llevé una capa y con capote
- dijo la niña, en otro brote-
la lanzó lejos, me dio una piña,
es una loca de capirote.
- No dejes que te golpee,
niña pendeja
- arengué en mi ventana
que tiene rejas.
- La invito a jugar tejo,
evito riñas,
 No juega tejo,
no teje nada,
y está muy sola.
¿qué hacemos, niño?
¿la busco a Lola?
- gritó la niña
en mi ventana.
- ¿Buscarla a Lola?
- dije, perplejo-
¡a esa ni Lola
viene y la cura!.
No te hagas cargo,
niña pendeja,
quizá chochea
porque está vieja.
- ¿Será por vieja?
¿será por trola?
Ella está sana.
Ella es hermosa
-dijo la ñiña
medio cargosa.
Y mientras tanto,
llovía, copioso...
contra la reja.
- Sos un cobarde,
te hacés el oso
- me dijo la pendeja
como un acoso.
- No la visites,
que no está en cana.
Es la más caprichosa
de las hermanas.
- dije en mi choza
junto a la reja de la ventana.
-¡Hijo de puta
y remalparido!
- gritó la niña
ante mi descuido-
¡ni consideras
que yo he venido!
- Vete a tu casa,
niña pendeja
- dije entre los barrotes
de mi gran reja-
Mañana serán dos
las resfriadas
en este mar de pavadas.
¡Si quieren llámenla a Lola
y que las cure
por desahuciadas!
Cerré el postigo.
Me fui a la cama.
Al día siguiente,
por la mañana,
dormía en mi reja
el dulce cuerpo de la pendeja
junto a mi hermana.
Ambas tosían bajo la capa
 y entre chuchos de frío
la dos hipaban.
¡Ay, Señor Mío!
- dije en la puerta-
¡sólo esto me faltaba!
Y las dos me sonreían,
contentas...
¿ serían lesbianas?.