lunes, 31 de octubre de 2011

nostalgia


Hace tiempo que, juicioso,
permanezco en un olimpo
de paciencia y de templanza.
Quizá porque he comprobado
que no estaba equivocado.
Y pienso en el desprolijo
muchacho del tiempo lejos
que todo lo consultaba
con furia frente al espejo
y trompeaba las palabras
cómplice de su entrecejo.
¿Todo pasó o es que acaso
este lánguido intervalo
se volverá otra porfía?
¿Perderé los estribos,
la cabeza
cualquier estúpido día?
Tengo ganas, tengo ganas
de decirme nuevamente
no sabía lo que hacía,
de chocarme las paredes
con la frente.