lunes, 31 de diciembre de 2012

qué oscura danza
la danza del cedrón
se ha vestido de negro
bajo el cielo furioso
y el viento le revuelca
las ramas en el aire.

no se soporta más
ese aullar incesante
que crispa los sentidos.
explotan las alarmas
las puertas se sacuden
los portones se abren y se cierran
dispuestos a golpearse hasta mañana

una noche espantosa
se ha caído a la calle.
no obstante hay que seguir
darle la cara
festejar fin de año.
inventarse esperanzas.

Brindemos ya, brindemos
que el viento no me empuje
la copa y la vacíe.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

No es de un día para el otro
que a uno no
lo quieren más.
Es en la rueca del tiempo
hasta que ya fue,
ya está: el silencio
se te instala
en la salita de estar.
Y en el patio y la cocina
y en la cama
- ni qué hablar...-.
De pronto mirás el cielo
y sos vos solo a mirar.
Cada uno está en sus cosas
o simplemente no está.

No es de un día para el otro...
Es un largo trajinar
de autoestimas bien trompeadas,
de ironías al azar,
de un pasado incomprensible
y un presente sin usar.
Los terceros en discordia,
lo que nunca pudo ser,
y ese saber de antemano
la indiferencia en la piel.
Y  la tristeza te peina,
y  la nostalgia te canta,
estás más solo que antes
al borde de la barranca.

Pero uno quiere vivir
aunque lo dejen de amar.
Y de un día para el otro
tampoco vivir podrá.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Fantasma personal




Hace frío, pero "en las casas que no tienen libros, hace más frío". Corro las cortinas para ver las calles desiertas y pienso: "afuera llora la ciudad / tanta soledad". Crepita un leño en la estufa.
- Acá vamos a estar mejor. Aparecete...- le digo.
- "Si me arrimo no me animo"- dice.
Me siento y entrecierro los ojos. Ahí está. Ya la veo. Lleva una camisa blanca suelta, y un pantalón  claro y una cadenita de oro, con medalla rectangular. Apoya una mano en la baranda de la escalera que termina de ascender y otra mano en la cintura. No tiene que hacer ningún esfuerzo para estar de pie y eso me reconforta.
Inmediatamente, para animarla, canto: "Porque me duele si me quedo / pero me muero si me voy..."
Mira atenta mi facha con sus ojos juiciosos y una sonrisa incrédula, casi imperceptible. Duda.
- Vení, acercate al fuego que no muerdo, "pasa, buenas noches, estudiemos/ contrariedades,es mejor a dúo/ llorarse y poner gritos en el cielo"- insisto.
- Bueno - dice - Qué se le va a hacer... Si te ponés a imaginar, imaginame cerca. ¡Tenés "tanta necesidad amontonada..."!
- Si...¡y no sabés de la que te salvaste!-aventuro- ¡un invierno muy crudo, che! Los políticos fingen saber lo que dicen y se les nota toda la impotencia que ocultan. La violencia se instaló en los que delinquen por vicio adquirido o irrespetuosidad. Te roban, pero también te matan. En algunas escuelas los chicos atacan a los maestros. Muchos maestros pierden la vocación. Los libros se venden en los supermercados y parecen de plástico. La tele no consuela: convida con miedo todo el tiempo y quiere entretener con vulgaridad y mamarrachos. "Todos gritan, aceleran, y parece que tuvieran refucilos en el mate".
- Ivo Pelay...- murmura ella.
No abro los ojos. La juglaresa se instala en un sillón, por fin. Suspira como una niñera resignada cuando el chico se sale con la suya y apela a toda su paciencia, que no es mucha.
- La gente anda malhumorada, insatisfecha. No hay tiempo de reflexión, porque entristece. Y, si hay tiempo, no hay ganas... Como decías vos, camina en "una especie de ceguera generalizada".- digo.
- "En mis tiempos habia tiempo. No se habia inventado todavia el maleficio de la prisa". En fin... sin novedad en el frente...- me dice.
-"La gente anda tristísima , solísima.../ Dios debe haber sufrido mucho aqui"- recito.
- Eso es de mi amigo Horacio Armani - dice.
Me concentro en su figura. La veo tan igual que antes, cuando estaba, tan calma en apariencia y tan sabia, que me parece una falta de respeto de mi parte este coraje de haberla llamado.
- Perdoname por hacerte venir, pero senti un impulso irrefrenable - digo -. Ahora que sos fantasma, me animé.
- Estoy acostumbrada a que me nombres. "Las anomalías suelen atraerse"- responde.
- Sé que tenés más trabajo que nunca, que todos te reclaman - confieso.
- Me invocan, digamos. Les agarra nostalgia ahora que no estoy. Antes los asustaba un poco. De todos modos, es más fácil asi, sin bastón.
- Eso te pasa por ser argentina. Somos nostálgicos y necrológicos. Vos misma decías por ahí que somos gentes agujereadas, personajes  de cuadro surrealista.
- Ya me olvidé . Soy fantasma. Pero citando a Raúl Gustavo Aguirre, podríamos resumir con "cunde la indignación entre los perros". "A los privilegiados, cultos o ignorantes, no les interesa el progreso espiritual de nuestro pais. Progreso significa, para unos, rascacielos, agobio de nylon, importación de coches. Y en cuanto a otros, cuando les interesa la cultura, van a buscarla a Europa, porque aquí no hay".
- Ja, ja - me río - Eso lo dijiste en 1956.
- Por eso. No hay novedad en el frente- dice.
Su voz suena cálida, sin altibajos. Se acomoda el flequillo para un costado de la frente y detiene las manos sobre la falda, en actitud de espera.
- En fin...¿qué pretende usted de mi? - pregunta imitando el estilo de Coca Sarli que, por supuesto, "no le sale".
Me río con ganas. Es una actitud inesperada en María Elena. O no tanto.
- Nada, nada - le explico - Has sido mi compañera de camino y, cuando las cosas se ponen difíciles, te busco por todos los versos y me acuerdo de tus muecas. Sos mi consuelo.
- Si, si. Veo que escribis mis pensamientos en las paredes: "el que vive por las cornisas/ temprano aprende a temblar", "los otoños son unos criminales", "un amigo nuevo no es lo mismo, Pepe/ nos quiere por la mitad"- lee.
- ¡Uh, si...! ¡y tantos más! - me entusiasmo-. "Es mejor que comas tierra y no que te coman crudo", "no es lo mismo ser profundo que haberse venido abajo", "tanto cambió todo que el sol de la infancia, de golpe y porrazo, se nos alunó"... Es mágica esa manera tuya de decir cosas para siempre, con pobrecitas palabras de todos los dias.
- Gracias..."pero vacilo porque me parece que es la poesía quien lo escribe a uno"- concreta.
- Pienso en todo lo que has hecho y no me gusta que te hayas ido - digo.
- Ya.. - se burla - ¡Me perdí de disfrutar a los guachiturros! ¿No estarás influenciado por Jairo, que dice que la nostalgia es un ramito de hollín? Si querías escucharme, podrías haber puesto un disco en el equipo y chau pinela. Ahí tenés "una multitudinaria botonera, controles remotos, teclados, consolas, telefonitos para enanos, camaritas multifunción..." ¿Qué es eso de molestarla a una "que no dice nada, que desde su abuela que está callada"?-pregunta.
- Ja. Ja. Vos no te callaste mucho - digo - y, además, bien vale que estemos un rato juntos. Sos "un museo de recuerdos preciosos..."
-".... y un cementerio de comedora de lotos, mi vida está llena de humo"- agrega.
-  Por suerte te acordás de algunas cosas que decias cuando eras persona. No olvidaste todo.
- Sucede que los fantasmas somos desestructurados y algo mentirosos. ¿Qué se puede esperar de los que subsisten gracias a los demás? - dice María Elena.
- Bueno, "juguemos en el mundo mientras el diablo no está"- le pido.
- Juguemos. Pero soy fantasma. Y los fantasmas jugamos lo que los otros quieren. Vivos o muertos, siempre somos rehenes de los demás.- dice.
- ¿Sabés? Yo desconocía tus paseos por el Parque Las Heras porque..., de haberlo sabido antes, ahí me hubieses tenido, más insistidor que Juan Poquito.
- ¡Menos mal que no te enteraste a tiempo!- dice.
- Me hubiese gustado hacerme amigo de Mario, de Ombretta, de la Negra... no sé... haber formado parte de ese grupo...No creo que me hubieran aceptado pero... sirvió: concurrí al lugar de los hechos - afirmo.
- ¿Ah si? ¿como si se tratase de un crimen? - pregunta.
- En invierno, el Parque se desluce. Los árboles están desnudos, la tierra muy mojada...Vi mucha dama con perro y con las consecuencias que eso deja en el pasto ralo...Y vi muchos aparecidos solitarios que, de pronto, no estaban más... - le cuento.
- ¿Viste la placa?- pregunta María Elena.
- Por supuesto: "En este lugar se fusiló a la Patria". La gente parece no darle importancia a esas cosas pasadas. Por suerte hablé de vos con un señor que corría y hacía gimnasia a la vez. Él me confirmó lo de la vieja Penitenciaría y me dijo que, aunque era del barrio, no te había conocido.
- Nadie es profeta en su barrio ... - dice María Elena en un suspiro.
- El tipo me dijo que te  consideraba una gran compositora.
- ¿Y qué más había en el Parque? - pregunta.
- Había unos chicos jugando con la pelota en la canchita. Vistos desde lejos, sus camisetas le ponían color al lugar. Un guía transitaba con un grupo de personas. Les explicaba cosas. Y una señora, que pedía limosna en la iglesia vecina, me señaló el bar Martínez de la zona.
- ¿Fuiste? - pregunta intrigada.
- ¡Si, señora! Anduve imaginándote por ahí... Pero los parroquianos no eran muy dados a la amabilidad y la chica que me atendió era paraguaya, con pocos meses de permanencia en el puesto. Nadie supo decirme de vos.
- ¡Pero! Tendrías que haberme llamado. Si no me llaman, no aparezco. Y menos, ahora.
María Elena sonríe y me pide un cigarrillo. Como abro los ojos para buscarlo, no está. Supongo que fumamos los dos. Cierro los ojos y... si, fumamos los dos.
- "En las clínicas, hasta hace pocos años, los médicos iban fumando a ver al enfermo o encendían un cigarrillo mientras lo revisaban.  Pensar que ahora son los cruzados de la salud, mezcla de terroristas con cuáqueros, y descubren diariamente una nueva consecuencia mortífera del vicio..." "Me gustan las marquillas, como todo lo que es de papel y cartulina, de colores brillantes y forradas de plateado, prolijo y bien terminado"- dice ella, entre volutas de humo.
- ¿Tendré poderes para verte tan nítidamente acá? - pregunto.
- Lo que ves es obra de tu esfuerzo. No me lo endilgues a mi. Ya bastante hice- aclara.
- Te libero de culpa y cargo y me entusiasma que hayas sido ciudadana del mundo, que hayas compartido historia con tanto personaje glorioso...- digo.
Ella sonríe con beatitud. Lanza el humo por la nariz.
- ¡Qué se le va a hacer...! "Es eso lo que llaman otoño de la vida: coronar suavemente el espejo con fotografías..." Gajes del oficio, que no sirvieron más que para llenarme de fantasmas. "Uno hace lo que puede con sus muertos, pero siempre pesa cargar con fantasmas, nos pasamos la vida buscando dónde ponerlos". Así y todo, con tanta gloria,  en el Parque, yo era una abuela casi molesta para la muchachada
- dice.
Me quedo mirándola y la imagen resiste. Pienso en Angel Bonomini, en el libro "Baladas con ángel" de 1951, en Juan Ramón Jiménez, en Leda Valladares y París, en Julio Cortázar, en Pepe Fernández, con quien supo recorrer Buenos Aires en bicicleta...
- ¡Aflojá... fan de fantasma ! - me dice, adivinando mis pensamientos-. No pretendas que haga un streep tease del alma... "Hace tiempo que tengo ganas/ de decirselo a mucha gente:/ sepan que callo de certeza/y que fallezco de obediente/ y que no tengo la  menor idea / y que me desespero para siempre/".
- ¿Sabés? - pregunto para salir del paso y alegrarla- Me gustó el libro de Ilse Luraschi y Kay Sibbald sobre toda tu obra literaria. Y Sergio Pujol escribió tu mejor biografía.
- No me digas...¿si?. Creía que lo último fue el libro de Sara - se interesa.
- Convengamos  que... la gente, en general, no te conoce más allá de Manuelita o La cigarra.
- ¿No? - reacciona- . Y bueno. A la gente,  en general, le alcanza con suponer. Pero no importa. Fui muy famosa a partir de 1968. Acordate de lo que fue aquello sobre los ejecutivos y de la "Serenata para la tierra de uno"- dice.
- Si - asiento-. Yo prefería "El 45", "Taximetrero de Buenos Aires","Gilito del Barrio Norte", "La Juana"... y aquella balada para la ciudad donde "en un cenicero cabe una catástrofe y por ejemplo un peine, representa cárcel".
- ¡Uy, mis tanguitos! ¿No me vas a nombrar todos, no es cierto? No seas pelmazo. Ya no estoy para esos trotes. Soy fantasma. ¿Por qué no abrís los ojos y acabamos de una vez?- me sugiere.
No le hago caso y canto: "Con sus mármoles y sus bronces/ parecía la Chacarita..." Alimento el fuego y me siento a su lado. Sigo mirándola con los párpados entornados. Le aproximo una manta que ella extiende sobre sus piernas. Su impactante sobriedad permanece intacta. Ha sabido mantenerla a cualquier precio. Entonces, aprovecho y le recuerdo que una vez la vi almorzando con Mirtha Legrand y que Mirtha insistía en colocarle una flor enorme sobre su vestido oscuro.
- Acepté a regañadientes ..- me dice.
- Pero al volver del corte televisivo, la enorme flor yacía sobre la mesa.
Nos reímos y Maria Elena completa la idea:
- "Y yo como siempre, perpleja" - ríe - Era una cosa descomunal, ridícula... No podía quedarme con eso encima.
- Ja, ja  - digo- Yo sabía que esa flor iba a terminar mal....
Caemos en el lugar común de que cada uno es como es, y de que a cada uno le gusta lo que le gusta y coquetea como puede. Me confía que sólo Sara Fazio ha sabido retratarla beneficiando su aspecto, que ella tan fea e insípida no era.
Reímos mucho y nos tomamos las manos. No se resiste porque es fantasma y los fantasmas están tan indefensos como uno.
- Pronto te libero de mi, María Elena - le digo.
- Está bien - acepta- . Todavía tengo ganas de estar acá. O vos tenés ganas de que yo esté. "A mi me parece indecente hacer algo sin ganas".
- ¿Sabés? Conozco una señora que vive en el campo y es prima de La Negra... ¿Qué me contás?- pregunto.
- Puede ser cierto. Contame - me pide ella.
- Hubo un tiempo en que nombrarte, para la mayoría, (sobre todo en provincias, donde yo vivo), era sólo para referirse al mundo infantil. Uno tenía que "pescar", como el gato de tu canción, a la gente que te conocia más, que sabia de tus andanzas y del significado de toda tu obra. No era como ahora que hasta organizan concursos sobre María Elena Walsh.
- Je, je- se ríe, cómplice- Entiendo, si. ¡Ahora soy Gardel!
- Algo así, claro. En esos tiempos y en mi desesperación por hablar de vos, un día fui a encontrarme con Edelmira. Como te dije, ella es prima de Carmen y también del Che Guevara. Tiene una casita particular, diseñada por Córdova Iturburu, esposo de La Negra, en las cercanías del paraje Fulton. Un gran arroyo rodea la casita de amplias ventanas.
Edelmira dice que en ese arroyo canta la piedra.
- Y tu amiga Edelmira me conoció? - pregunta María Elena.
- Creo que si, allá por las juventudes ...- digo.
- En el tiempo de Maricastaña... - dice.
- Quizá por eso disfruté tanto cuando descubrí a Carmen en algunas fotos del libro de Sara o en el Parque Las Heras, acompañándote y peleando con vos. Carmen es una de tus amistades maravillosas.
- Si. Si. - confirma-. Desde Ramos Mejía. Creo que yo todavía llevaba el pelo largo.
Me pongo a cantar otra vez: "Voy a contarles lo que había/ entonces, en Ramos Mejía.../ Había olor a tía/ veredas de ladrillo con pastito/ y tras la celosía/ un viejo organillero/ con monito..."
De pronto, cantamos los dos a coro: " Y había por los caminos.../ muchísimos fideos finos..."
Hemos cantado a voz en cuello. Y en la casa de uno siempre hay alguien que piensa que uno ha enloquecido, alguien que no entiende de fantasmas y pregunta qué pasa con tanto entusiasmo que se escucha.
- Decile que estás conmigo- sugiere María Elena, divertida ante la interrupción- y te va a decir que se lo cuentes a Magoya...
Es desagradable que la realidad invada momentos como estos. Y no es tarea fácil compartir charla con un fantasma así, porque uno sabe que tiene poco para ofrecerle y, no obstante, quiere hacer un buen papel ante él.
- "Fabricando sin parar/ letrillas de arte menor/ no sos pato silbador/ y ya te sentís juglar.../ Ay, incauto cantautor / te voy a catequizar "- recita María Elena.
No. No es fácil. Porque además suelen aparecer otros fantasmas que tuvieron que ver con su historia personal: María Herminia Avellaneda, figuras del viejo y nuevo varieté, Borges, Silvina Ocampo, Bioy Casares, Neruda, Violeta Parra, Brassens, Trenet, Cortázar...,muchos más, unos antes, otros después, todos muy imprevistos e importantes en su aparición.
Me concentro. Dentro de mis ojos encuentro otra vez la mirada clara de María Elena, con su despectiva ternura, con su desdén almibarado.
- ¿Viste?- me pregunta-, la gente nos tiene miedo, pero no hay amistad más cómoda que la amistad con los fantasmas. Los fantasmas no somos exigentes porque no podemos. Es mentira que andamos envueltos en sábanas. Nos adaptamos al estado de ánimo de quienes nos invocan. Hacemos gala de una obediencia casi servil. Estamos ahí nomás, al alcance de cualquiera para alimentar cualquier pensamiento, cierto o inventado. Somos compañía barata, totalmente desinteresada. No hay que pagarnos con nada.
- Si - respondo -, lo estoy comprobando. Don Antonio Porchia decía que el que no se llena de fantasmas, se queda solo.
- Y tenía razón- concluye ella - "Los poetas siempre tienen razón, por eso no hay que hacerles caso".
Festejo la ironía y le confieso que lamento que ya no esté, que nunca más pueda sorprenderme con sus artículos  en los diarios de actualidad, que quizá con ella se haya ido una época completa en la que todavía importaba el otro, donde el disparate nos hacía reír y el respeto no era sólo una palabra.
- No sé - me dice- Yo decía mi verdad. "La verdad asusta a veces. Otras veces pincha. Y a menudo, duele. Pero de vez en cuando refresca".
Arrimo ramas al fuego. Es tarde.
- Estás muerto de frío. Preparate algo caliente y dejate de embromar -dice  mi fantasma personal.
Una luna grande, grande, se endiosa en el cielo. Vienen  a  buscarme. Ante la voz extraña, María Elena se esfuma como por arte de magia dentro de mi. Volverá en cualquier otro momento. Es una sana costumbre.







Comentario
Admirador de María Elena Walsh desde la adolescencia, he leído su obra y cuanto artículo o reportaje llegó a mis manos. Escuché sus discos y convivo con su poesía. Para este relato me inspiré en "Fantasmas en el Parque ", porque la franqueza y el humor en los finales de su vida, así como su soledad y sencillez, me mostraron la María Elena que más me gusta.
El trabajo fue presentado en Universo María Elena Walsh, un título muy pretencioso a juzgar por el desarrollo y los resultados.
Nunca intervine en concursos literarios. Sólo esta vez me animé, porque conozco mucho del tema. Pero eso a nadie le importa.
El veredicto del jurado lo ignoró por completo, cosa que todavía no sé si me ofende  o me enorgullece. Hubiera preferido, eso si, que escribieran bien mi nombre, porque me llamo alberto tiso y no alberto riso. ¿Lo habrá escrito otro? Todo puede ser en este Tandil florido.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

MISERIA


Miseria ronda la esquina,
la noche, las peatonales...
es ladrona y asesina,
saca panza y pectorales.
El intendente la alumbra
para que no se la vea.
Y Miseria, a todas luces,
cada día está más fea.
Tiene frío,tiene hambre.
Con los dos ojos cerrados
se muerde y se relame
tras los supermercados.
Miseria quiere plata.
Miseria mete miedo.
Los corruptos cabalgan
a lomo de rateros...
Miseria toca el bombo.
Miseria guachiturro.
Miseria traficante.
Miseria rompe culo.
Avanza sin reservas
ni escrúpulo ni velo
en raído mameluco
o en reloj de estanciero.
Y le importa un comino
el conflicto o la calma:
la feria del camino
es para andar sin alma.
Y no tiene creencia
ni espíritu posible.
Y no tiene paciencia.
Es mala. Irreductible.
Usa carita de niño
pícaro, mal trazado,
que pronto se viene en banda
a escupirte de costado.
O de señora morocha
que se arrastra por el suelo
con un bebé de mentira
que trabaja de señuelo.
Pasea en carro cartonero,
pasea en auto de alta gama.
Pero no todo es dinero.
Hoy Miseria es la gran dama.
Y vestida de mujer
entra a jugar al casino
o es resentido chofer
que te atropella el destino.
Su amiga la Burocracia
le tramita los papeles
y la vieja Impunidad
la sube a cómodos rieles.
A veces la llevan presa:
por la puerta de atrás, sale.
No la educan. No le enseñan.
No conviene que se acabe.
Sale llena de tatuajes
y evangelios de memoria
que le sirven de pancarta
para burlar a la historia.
Miseria está en la tele.
Miseria hace turismo.
Notables y peleles
que son siempre los mismos.
Pobreza tiene orgullo:
trabaja lo que come.
Intenta, cuando puede,
que Miseria no asome.
Cuando asoma Miseria
no hay nadie que la asuma.
Ninguno clava un grito.
La pintan. La perfuman.
En geriátrico inclemente
Los viejos se van al tacho.
No importa si te criaron.
Miseria te quiere guacho.
A paco y a mano armada.
los jóvenes se estropean,
Futuro hay. Siempre hubo.
Pero Miseria lo niega.
Nosotros no resolvemos.
Los sábados por la noche
nos vemos alguna peli
o vamos a andar en coche.
Eso es lo que ella espera
para engullir con pasión
al pobre que patalea
en el estrés del montón.
Hospitales sin insumos,
carreteras inclementes,
a los tiros y a trompadas
se desahoga la gente.
Que se salven los que pueden
y ojalá que puedan pocos.
Si no somos miserables
nos van a tomar por locos.
Porque no falta poquito.
Porque ya está. Ya llegamos.
con Miseria en la cabeza
y con Miseria en las manos.
Miseria está acá nomás.
En un gesto se la advierte.
Hay cerveza y hay falopa.
y hay muchos indiferentes.
Yo la asusto con un libro
y se cae para atrás.
Y la pincho con palabras
pero a mi me va a matar.



lunes, 10 de septiembre de 2012

Historia simple y en broma del por qué, herida por un sable sin remaches, la Biblia lloraba junto a un calefón.

Hoy, en los baños modernos,
con yacuzzi y duchadores,
podemos tener un sauna
y varios masajeadores.
Nos podemos entalcar,
perfumar y depilarnos...
-cosa que nunca soñaron
los moradores de antaño.
En el siglo XiX
no se conocía el derroche
y se usaban bacinillas
y también tazas de noche.
No eran tazas de café
sino de "necesidades"
que, con el grito:"agua va..."
se arrojaban a las calles.
El que pasaba, de un susto,
daba lugar al desguace
cuidándose de que aquello
al caer, no salpicase.
En los fondos de las casas,
eran reinas las letrinas
y reyes los diarios viejos
para cubrir las rutinas.
Por suerte, con el progreso
y la astucia de la gente,
Buenos Aires fue pionera
en crear un monoambiente.
Con retrete y con lavabo,
el monoambiente triunfó
y empezó a llamarse baño
y se generalizó.
No toda casa porteña
tuvo este baño al principio.
Costaba tanto instalarlo
que era casi un espejismo.
No obstante, los ricachones,
de lo nuevo siempre al filo,
se impusieron la costumbre
de bañarse más seguido.
Al retrete y al lavabo,
le agregaron duchador:
una morisca costumbre
y un capricho de señor.
Lavabo, retrete y ducha,
eran signos de opulencia
y se cagaban de frío
más o menos con frecuencia.
Era urgente que la ducha
tuviera su calefón
y con el agua caliente
cambió mucho la cuestión.
Por otra parte, el papel
higiénico que hoy compramos,
era un lujo prohibitivo
para el obrero explotado.
Costaba caro, muy caro,
y nunca se conseguía.
Casi todas las familias
lo ignoraban u omitían.
Se apelaba a las revistas,
al papel imprenta diario.
Y al papel de frutería,
muy sedoso y coloreado.
Pero el color desteñía
y por limpiar...ensuciaba.
Las partes pudendas todas
les quedaban entintadas.
Gracias a Dios, esos años
difundían religiones
y la Biblia protestante
entró en todos los salones.
En los salones entró
pero también en los baños.
¡Nunca hubo tanto creyente
en esos míseros barrios!
Pues las sociedades bíblicas
regalaban ejemplares
y era como pan caliente:
Libro Sagrado a millares.
Cada porteño devoto
de cualquier grey aceptaba
en las calles y en las plazas
las Biblias que regalaban.
Y hasta iban a pedirlas
con vehemencia inusitada:
tres o cuatro cada uno
a las casas se llevaban.
¡Cuánta fe!, diría la Iglesia.
¡Qué avidez por La Palabra!
Mas, la historia verdadera
resultaba más macabra.
Perforaban una tapa
y en un ganchito de alambre
junto al calefón colgaban
papel biblia, dios aparte.
Por eso, Discepolín,
habla de la Biblia herida
por un sable sin remaches
contra un calefón sin vida.
Suaves hojas de papel
y agua caliente: un escrache
que es un himno nacional
y es el tango Cambalache.

domingo, 2 de septiembre de 2012

esa pobre mujer

esa pobre mujer
que se deja querer
ahora sonriente...
es de buena boca
y buenos dientes.

pero adopta de postura
la amargura;
si tiene pata corta
la mentira
tiene mano dura.

y al llorar desconsuelo
todo el tiempo
sin pañuelo,
le creo cómo se llama
pero el resto...
son macanas.

esa pobre mujer
que se deja querer
es un hueso duro
muy duro
de roer.

viernes, 17 de agosto de 2012

geriantros


mercaderes pequeños
sinvergüenzas
asesinos impunes
porquería.

se creen abnegados
sin embargo
y lucran con la muerte
a sangre fría.

los viejos... ay, los viejos,
cuánto frío...
cuánta perdida historia
entre pastillas
dubitativa espera hacia la nada
olor a pis y a ausencia
a poca dignidad después de tanta...

¡déjen que mueran locos en su casa!
si han vivido por locos.
Si pensamos: no es cuerdo
el que vive la vida, el que se anima.
¿Y entonces qué?
¿En el final pretenden
que un loco se redima ?

asesinos impunes
con anuencia
porquería del mundo
y los parientes
sinvergüenzas.

frío


Se fueron los abuelos
los padres
y los tíos.

Deambula por el desierto familiar
y ante tantas ausencias
se consterna.

Nunca lo contuvieron
pero estaban.
Se podía despotricar
porque existían.


Ahora ya no.
ya nadie nada.
¿Y qué hacemos en medio del desierto
sin cordón que marque pertenencia?

Es la orfandad del viejo
que ni siquiera reclama.
Es un viejo perdido
que finje y es feliz
el pobrecito.

lunes, 13 de agosto de 2012

el blog






el blog

es como un pasillo

un túnel

bajo la tierra

donde uno suelta el grito

la caricia

las maneras...

y sobre el túnel

la vida

lo que pasa

lo que pega


es un pasillo interior

y el alma

se despereza.

domingo, 12 de agosto de 2012

soledad


Por no querer saberlo
te amé hasta la locura.
Por no querer saberlo
jugué todas las cartas.
Por no querer saberlo
me di como una fuente.
Por no querer saberlo
me ataron como esclavo.
Por no querer saberlo.
Por no querer saberlo.

Por no querer saberlo
lo sé más que ninguno.
Por no querer saberlo
me río y me torturo.
Por no querer saberlo
arriesgo suerte y calma.
Por no querer saberlo
insisto igual que un niño.
Por no querer saberlo.
Por no querer saberlo.

Por no querer saberlo
hoy vivo como vivo.
Por no querer saberlo
invento mil motivos.
Por no querer saberlo.
Por no querer saberlo.
¡Dios mío!

jueves, 9 de agosto de 2012

La Conspiración (infantil) (personajes de MEW)



Mono Liso y la Jacinta
estudian computación.
Al mono le cuesta mucho.
La mona sabe un montón.

Y pasan la tarde entera
los dos frente a la pantalla.
Manuelita y Juan Poquito
miran cómo están en babia.

Es que hoy estaba planeado
ir todos para la plaza.
Y don Perico, el hornero,
hace barullo de alas.

Por quererlos convencer
a la larga o a la corta,
la llamaron a Titina
para picar y hacer roncha.

Convocan a Daylan Kifky
y a Osías en mameluco.
Perro Salchicha los ladra.
El Brujito les da un susto.

La familia Polillal
se les sube por las patas.
Don Enrique del Meñique
cola con cola les ata.

Pájara Pinta proclama:
"hay que cortar la corriente".
Los tres morrongos intentan
atacarlos por el frente.

Los porfiados cibernautas
no se dan por aludidos.
Se rascan ... pero persisten
en la Internet sumergidos.

Por fin, la reina Batata
se arroja sobre el teclado
y desparrama las Plaplas
y el visor queda colgado.

Bambuco, que llega justo,
quita la ficha y apaga.
Doña Disparate ordena:
"Vamos todos a la plaza".

Los monos se ponen locos,
hacen bochinches y saltan.
Pero alguien dice: en la plaza
hay bananas y naranjas.

¡Santo remedio! Los monos
se juntan con los demás.
Estar quietos tanto tiempo
les estaba haciendo mal.

Aunque llueva y no haya sol
apagá tu C.P.U.........
"Es mejor la paz resfriada
que la guerra con salud".

jueves, 10 de mayo de 2012

Corrientes y Esmeralda

El Maipo refleja su luz azulina
sobre la pared-tapera de enfrente.
Se va toda la esquina  para Corrientes.

Sin embargo, el rio Esmeralda
está lleno de tetas y de culos,
de pantalones y faldas,
de cabezas lacias y con rulos.

Un ejército disperso
de cirujas camuflados
ejecuta unas bolsas de consorcio
entre cartones pintados..

El hombre sucio con perro
aguarda que pase todo
sentadito en el portal
que eligió para estar solo.

Ya empieza la ceremonia
en la acera iluminada
y los fantasmas del Maipo
arriban como si nada.

Me baño en la luz teatral
Respiro en el paraíso
Mi reflejo en un vitral
apenas si toca el piso.

Enfrente, en el hotelucho,
vedettes de otrora me espían
y se llena la vereda
de una vaga cofradía.

Cuatro viejas maquilladas
sacan entradas con palco.
Dos señores abren sala
mucho antes del horario.

Una parejita linda
va tomada de la mano.
Se sientan en las butacas
un gordo junto a un enano.

Comenzará la función.
Entro en trance, ya levito
parado en mi corazón.

Buenos Aires, Buenos Aires,
ay, qué orgía de emociones...
Estallan las marquesinas
que vieron tiempos mejores.

Estallan las marquesinas
nos ayudan a vivir
Pero en la acera del Maipo
yo me quisiera morir.




























la llama

flamea
se encabrita
se subleva
se apacigua
y lame
la llama
naranja
rojo
azul
más allá
verde
una brisa
un soplo inesperado
parece que se acaba
como tantas
que se pierde
pero emerge
resurge
trepa trémula
se estira
se confunde
se conduele
rezonga
en ondas
sube y sube
se atraviesa...
a nadie importa
no la mira nadie
insiste
porque si
porque así debe ser
o no sería
mientras sea el tiempo
arde.

domingo, 29 de abril de 2012

invernal

susto de pájaros lentos,
se vuelan los días...
no hay hecatombe
tampoco hay porvenir.
triste el invierno
moja sus patas
en los últimos charcos
que marzo nos da.
habrá que vacunarse
contra el miedo y el viento
contra el gris de la calle
y contra la opresión.
dejá las hojas sueltas
debajo de la alfombra.
que haya olor a madera
encedeme el hogar.
¡ay, por dios te lo pido!
desordename todo
que lo menos posible
la casa se parezca
a un hospital.

prediccion

estoy en la sombra
siempre en la sombra.

las cosas pasan
nadie me nombra ni te nombra.

donde me dejaste
estoy.
estoy en la sombra
sombra.

no digo nada.
sombra callada.

cuando recurras a mí
me habré diluído
esfumado en la sombra.
un terrible descuido.

y entonces, asombrado,
te vas a enloquecer
solo y callado.

a nadie va a importarle
que enloquezcas.
pasarás en silencio.
dirán que hiciste alzheimer.

jueves, 22 de marzo de 2012

mientras

sacamos punta
sacamos cuentas
sacamos costras
sacamos pecho
estamos grandes
estamos gordos
estamos cerca
estamos hechos
ponemos ganas
ponemos pesos
ponemos caras
ponemos punto
cortamos pizza
cortamos rutas
cortamos mano
cortamos fierro
vemos parientes
vemos violencia
vemos distancia
vemos conciencia
damos ayuda
damos la vuelta
damos saludos
damos vergüenza
andamos rengos
andamos lentos
andamos sanos
andamos serios
compramos cosas
compramos vino
compramos rifas
compramos velas
mordemos sombras
mordemos choclos
mordemos sogas
mordemos siglos
juntamos risas
juntamos sobres
juntamos trastos
juntamos vicios
venimos pronto
venimos juntos
venimos antes
venimos puestos
vamos de espalda
vamos contentos
vamos al borde
vamos moviendo
saltamos vallas
saltamos broncas
saltamos charcos
saltamos horas
pensamos siempre
pensamos claro
pensamos sordos
pensamos hartos
cerramos puertas
cerramos cajas
cerramos libros
cerramos boca
abrimos alma
abrimos paso
abrimos puentes
abrimos lazos
tomamos poco
tomamos presto
tomamos curvas
tomamos fresco
hacemos pinta
hacemos huella
hacemos fuerza
hacemos reglas
pegamos golpes
pegamos platos
pegamos gritos
pegamos bajo
tiramos mierda
tiramos todos
tiramos lejos
tiramos solos
rompemos normas
rompemos culos
rompemos mitos
rompemos muros
tocamos pieles
tocamos piano
tocamos timbre
tocamos mármol
quemamos ciclos
quemamos cartas
quemamos naves
quemamos diarios
soplamos chismes
soplamos sopa
soplamos cargos
soplamos llagas
nos hacen mella
nos hacen marca
nos hacen polvo
nos hacen gracia
amamos fieles
amamos parcos
amamos limpio
amamos cautos
mientras la vida
mientras el sino
mientras el tiempo
mientras morimos.
¡ay! un hombre con poder
es un mono con navaja...
nos avisa su apellido
que él manda a hacer, no trabaja.
y nos avisa también,
por si no tenés memoria,
que toda barbaridad
se registra en nuestra historia.
y se registra también
en sus súbditos cercanos
por la soberbia en las caras
y la ansiedad en las manos.
por eso es que, en polvorosa,
pongo mis pies con esmero.
prefiero el jazmín, la rosa,
a más pedir... un sombrero.
pero poder por poder
te juro que yo no quiero.

viernes, 9 de marzo de 2012

para delia lópez d'armentia

... y hace falta escribir,
soplar bien fuerte
para que salga el dolor
a tomar aire.
Caminar unas cuadras,
patear un tacho roto,
acariciar un gato,
disimular un poco.


No pensar nunca más
hasta mañana
-mejor hasta pasado-
y reprocharle a los vivos
tantos olvidos tontos,
tanto melindre idiota.
Hace falta escribir,
mirarse en unos ojos que comprendan
y espantar la ausencia de los que se ama
cantando la canción que les gustaba.


....y hace falta escribir
con furia terca
desandar el camino
hasta la tarde
en que en un santiamén
la transformamos en alba
sin saber quien era quien.


callar hace falta...
seco silencio
mude mi ánimo mustio
a la alegría
porque fuiste feliz
en tu convulsiva vida
tu muerte fue un desliz.















































Volver a los diecisiete.




Era así, era así...

O blanco o negro.

Un desafío total

y pelo largo.

Y sufrir y sufrir.

¡qué sufrimiento!

Y todo era imposible.

Todo lejos...

La sociedad empujaba

para afuera

-igual que ahora o más-.

Dolía en la carne.

Al chico de la foto,

careciente de amor

igual que el perro,

le digo: che, ya está,

pudiste hacerlo.

Nadie tuvo confianza en que pudieras

y pudiste, pudiste

vos solito,

¡tan solito, mi dios

en mundo ajeno

y en la peste mediocre

de aquel tiempo!

Ahora todo está bien.

Ahora acá estamos.

Tal vez... menos pasión,

sin tantas energías desparejas,

pero igual actitud,

el mismo sueño,

la misma rebelión

y la coherencia.

sábado, 3 de marzo de 2012

LA AMADA MÓVIL



No alterna.

No compara.

No perdona.

Me gusta cuando calla

pero habla

y se envalentona.

Ella invoca

- no evoca -.

Ella trastoca.

Ella usa y abusa.

Ella presume.

No valora.

No respeta.

No resume.

Ella es ahora

y La Caja de Pandora.

Ella arroja,

despliega

y enternece.

Ella cree que es

lo que parece.

No entra en razones

ni en decepciones.

No condesciende.

Se enciende.

Ella juzga

y defiende

si condena.

No le importa

que digan que no es buena.

Ella estruja.

Ella anida.

Ella resuelve.

Ella se vuela.

Va y vuelve.

Ella da y pertenece

pero también es ajena

en el almuerzo y la cena.

Ella induce.

Ella arriesga.

Ella seduce.

Ella tira la llave

y que se acabe.

Que nadie se le cruce.

Hunde la nave.

Ella trata

y destrata.

Nunca se ata.

Y no quiere saber.

Ella no sabe.

Y te saca y te pone

y condiciona.

Cuando se fue,

se asoma.

Ella insiste,

resiste,

y te jodiste

si la quisiste.

Entre boicots y querellas

ves el cielo y las estrellas.

Acá, vos.

Acá, yo.

Pero allá Ella.

ACTITUD

Si lo señalan,
si cae,
le cuesta mucho,
acá estoy yo
subiéndolo al estrado
de la mano
dando un golpe de luz
con mi linterna
en un desafío
bien ganado.
Sin que importe el mote
que me pongan,
fresco de fe
y alta la cabeza.
Pero no por valiente
o arriesgado.
Pero no por lucir
mi fortaleza.
Porque estuve allá abajo
sepultado
y nadie,
nadie
me subió y me trajo.

domingo, 12 de febrero de 2012

ELECCIÓN.





Podría haber tenido
seis hijos veinte nietos,
dos libros editados,
un viajecito a Europa,
una esposa con lifting,
una casa en la costa...
Pero no quise nunca
y no por el esfuerzo
-porque esfuerzos hay siempre
que hacer, para estar vivos-,
no quise porque... no.

Sobran motivos.
Preferí la soledad,
con todo lo que implica,
-sin ser muy cobarde,
sin ser muy marica-.
Y conocerme a fondo,

y darme en paz y al viento,

para sentirlo todo

así, como lo siento.

A tientas por el mundo

- a tientas, y no a locas-,

ni blando como el agua
ni duro como roca.
Con besos en las manos
y versos en la boca.