lunes, 1 de febrero de 2010


A Graciela Techeiro

La que tenía una agencia de gracielas (según el caso)

Y sabía ser, cuando podía, La Garrick de los tristes.


SI MUERO, DEJAD EL BALCÓN ABIERTO.

Federico García.

Te recuerdo feliz, como querías...
Pero no es fácil pasar por Uriburu
Donde los pájaros saben tu destino
Y hacen guardia, en los árboles, de noche,
Como la noche aquella que los vimos.

- Esperan a los muertos- me dijiste-
Para guiarles las almas por el cielo.
Y como chicos mirábamos las ramas
Llenas de pájaros quietos
Habitando un extraño conventillo...

Tenían facha de ser pájaros raros,
Como nosotros mismos....

Yo sé que donde estás no hay hospitales
Ni salidas con permiso ni manera
De caer en depresiones abismales...
Esa sorda certeza me sosiega.


El ángel ha vencido a los demonios
Una tarde de agosto y de puntillas
Algunas horas antes del crepúsculo.
Y te arrancó el dolor, las pesadillas,
Y la infame vigilia del insomnio.

Vos que siempre tuviste un dios aparte,
Aliada a lo precario del momento,
Sabés que ya no habrá desasosiegos
Ni más transmutaciones o tormentos.

Te habrás metido a dios en el bolsillo
Haciéndolo reír con tus inventos…

Soy yo el que no comprende y no tolera.
Lo que pasa es que hay sol y es esta tarde
Llena de duendes y músicas y letras
Y resulta imposible no extrañarte
Mientras la vida me lleva.

Con tanta flor que nace de repente
y ese amor tuyo por la primavera,
con tanto amigo nuevo que se arrima
a preguntar cómo eras…
con lo linda que suele estar la gente
en las veredas…
Qué lástima, qué lástima, Graciela.

Por donde voy me aroma tu ternura
Y el fantasma de tu guitarra vieja
Me trae una canción que no sabemos...
Y con una mirada desmedida
Él me dice que vos estás contenta,
Que para vos, ya es misión cumplida.

Hemos llorado a dúo tantas veces
Y tanto y más… los dos hemos reído
Que, si me quedo serio para siempre,
Ya me daría lo mismo…
Pero no puedo olvidar que hemos saltado
Toda felicidad y todo abismo.

En honor a mi verdad y a tu alboroto,
Ahorro esencia de rosas y jazmines,
Acumulo unos cuantos “qué me importa”,
Y me pongo a pensar cuando te evoco
En aquel verso de Lorca…


En honor a mi verdad y a tu alboroto
Ya no me niego a nada, a casi nada,
Porque siempre hay descosidos para rotos.
Pero tu ausencia se me ve en la cara.


No hay comentarios:

Publicar un comentario