lunes, 1 de febrero de 2010

A Eduardo Frechero

No se puede ser fiel a dos amores.
Tarde o temprano se traiciona a uno.
Y entre Laura y tu noble bicicleta
Elegiste el mejor, el más seguro.

Laura te tuvo una paciencia santa
Y vos fuiste su niño inteligente
Que la hizo feliz en el camino
En que juntos lucharon por la gente.

Y si ahora estoy triste, no me enojo.
Tu alegría ficticia ha caducado.
Muchas puertas estaban con cerrojo
Porque Laura no iba a tu costado.

Siempre, en cada ocasión hablabas de ella
Como si fuese a volver o si estuviera.
Fue muy bueno el final, fiel a tu estrella
Te marchaste envuelto en tu bandera.

Pienso que fue la decisión perfecta.
Siempre supiste lo que había que hacer.
Está bien que te guardes con tu historia.
A veces es mejor tomarse el buque
Cuando muchos perdieron la memoria.
Y que el verso de Laura los eduque.

(No sé cuánto más va a durar la frase que alguno escribió en una pared de la calle Rodríguez antes de llegar a Pinto. Pero me emociona verlo. Dice: Hasta la victoria Eduardo)

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