viejas escobas
en techos de chapa
claman por brujas
apolilladas.
viejas escobas
raspan y raspan
un alba de gatos sueltos
que las despajan.
fantasmas de las que han sido
barredoras de hojarasca
sobre ellas sólo humea
un vapor de luna blanca
o de sol calienta- ratas.
son estacas de un vampiro
que perdió su madrugada.
nadie ha podido, en la casa,
de un golpe,
guillotinarlas...
secas y magras escobas
que ya no nos sirven más.
se parecen a mis sueños...
raspan igual.
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