jueves, 22 de febrero de 2018



El cedròn ha saciado su sed...
Se embelesa hacia el cielo y las cenefas
dejan que el burucuyá - monstruo en silencio-
las enrede y oprima...
La gardenia se hamaca como puede
porque la brisa la usa y la abandona...
Yo, que siempre tengo gente en la cabeza,
yago mudo en mi sillòn de estrellas,
aspiro, aspiro y me entreduermo
sin pensar en nadie.
Y me siento un casi dios que està cansado
y al mismo tiempo
un polvillo del aire que se vuela...
que no està màs
y eso era todo.

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