sábado, 23 de julio de 2011

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Nos quedamos de pie en el recuerdo
sin podernos sentar ni dar un paso;
posiciones incómodas del tiempo.
¡Menos mal que te tomé del brazo!

Hubiera sido hermoso o quizá fuera
alguna ilusión más, pero la vida
se encargó de sembrarnos la quimera
de esa suerte de amor desconocida.

Ya me duelen los pies de tanta espera.
No se puede fumar ni un cigarrillo
ni tampoco ser mejor de lo que era...

Y no sé qué le pasa a tu alma errante.
Yo me pongo cada vez más amarillo,
más cepia, más extraño, más distante.

2 comentarios:

  1. Buen día al Ultimo de los Arlequines Poetas.

    Ah, qué diremos, maestro, de todo esto, que no sepamos de antes: sí, pero antes de quién.

    Cómo, si el stress al menos propone, pero la inercia es quien se impone: serás feliz o no serás nada, y viceversa.

    Recordaremos que incluso el sinsentido alguna vez tuvo algo mejor que un por qué: tuvo otro sentido, y fue contra.

    (Hace bien en pedir que no lo sigan, especialmente los seguidores. Con esos jamás correrá el riesgo de ser alcanzado. Y es que ya no hay perseguidores, qué va usted a hacerle)

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  2. Y MÁS SABIO, MAESTRO, MÁS SABIO.

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